22. septiembre 2025 por Annette Kauppinen y Ville Vuorio
De asistente a colaborador: cómo la IA está transformando el arte de programar (Parte 3)
Blog 3 de 6 — Asegurando al compañero de IA: privacidad, confianza y cumplimiento en la era de los agentes de código
A medida que las herramientas de programación basadas en inteligencia artificial —como Roo Code y Cline— se convierten en compañeros cotidianos para los desarrolladores, surge una nueva pregunta, mucho más profunda que la de la productividad: ¿Puedes confiar en tu agente de IA?
Para Ville Vuorio, Arquitecto Técnico para la región nórdica en adesso Finland, la respuesta es clara… pero condicional.
“La IA puede acelerar mucho las cosas. Pero hay que saber qué ve, qué envía y qué almacena. Confiar sin control es peligroso”, afirma.
Esa visión se comparte cada vez más entre los equipos de ingeniería, seguridad y legal.
A medida que las organizaciones adoptan agentes de codificación basados en IA, comprenden que estas herramientas no son solo ayudantes eficaces, sino también posibles puertas de entrada a datos sensibles, propiedad intelectual e información de clientes.
Sin las medidas de seguridad adecuadas, una automatización bien intencionada puede transformarse rápidamente en una vulnerabilidad.
La arquitectura del lado del cliente no es un lujo: es un requisito
Una de las razones por las que Roo Code y Cline destacan en el competitivo panorama de herramientas de IA es su diseño arquitectónico. Ambas priorizan la ejecución en el lado del cliente, lo que garantiza que el código, las credenciales y los datos confidenciales permanezcan dentro de la infraestructura de la empresa.
Cline cumple con los estándares SOC 2 Tipo I y GDPR, mientras que Roo Code permite la ejecución local de modelos y flujos de aprobación personalizados, brindando a los equipos un control detallado sobre el comportamiento de la IA.
“El control local lo es todo”, enfatiza Ville.
“Si una herramienta envía tu código a una nube externa sin que lo sepas, ya perdiste la batalla por la seguridad.”
Esto es especialmente crucial en sectores como finanzas, salud o defensa, donde el cumplimiento normativo no es opcional y la auditabilidad resulta esencial.
Las políticas de privacidad no bastan: se necesita gobernanza real
La seguridad no se trata solo de tecnología; también implica personas, políticas y disciplina en los procesos.
Como señala Ville:
“Las organizaciones deben aplicar los mismos principios de gobernanza a las herramientas de IA que a cualquier componente de software crítico. Eso incluye definir roles claros, límites de uso, controles de acceso y flujos de revisión.”
Por ello, las empresas deben establecer políticas bien definidas de uso de IA, que respondan a preguntas clave como:
- ¿Qué tipo de datos pueden procesarse?
- ¿Quién revisa los resultados generados?
- ¿Se almacenan, registran o conservan los resultados? ¿Y bajo qué condiciones?
Cline, por ejemplo, incluye registros de auditoría, modelos de permisos y políticas de no retención de datos, que ayudan a implementar una gobernanza estructurada del uso de IA.
Evitar la “IA en la sombra”: el punto ciego de la gobernanza
Cuando la adopción de la IA se extiende de manera informal —a través de herramientas personales, extensiones de navegador o versiones de GitHub Copilot bajo cuentas individuales—, aparece la IA en la sombra (shadow AI): un uso no supervisado, no revisado y potencialmente no conforme con las políticas corporativas.
Este es uno de los mayores riesgos que Ville observa en las grandes organizaciones:
“Si no proporcionas herramientas aprobadas y políticas claras, la gente encontrará sus propias soluciones, pero eso no es innovación, es una brecha de seguridad.”
La solución pasa por marcos de gobernanza de IA: enfoques estructurados que alinean el uso de herramientas de IA con los objetivos del negocio, los requisitos regulatorios y la madurez de los equipos.
Estos marcos deben definir:
- Responsabilidad: quién gestiona la adopción de IA.
- Criterios de evaluación: cómo se aprueban las herramientas.
- Supervisión: cómo se rastrea y revisa su uso.
Del cumplimiento a la confianza
En última instancia, asegurar al compañero de IA no consiste en limitar sus capacidades, sino en permitir que opere de manera segura, coherente y responsable.
Cuando se hace correctamente, la seguridad no ralentiza el trabajo: lo fortalece.
Ville lo resume con claridad:
“La IA debe hacerte más rápido... pero también debe hacerte sentir más seguro. Si tienes que preguntarte qué está haciendo detrás de escena, algo está mal.”
A medida que las empresas adoptan el desarrollo impulsado por IA, aquellas que toman en serio la seguridad y la gobernanza obtendrán una ventaja competitiva clara: no solo protegerán sus activos, sino que liberarán el pleno potencial de la IA como colaborador de confianza.
Próximamente en la serie:
En el Blog 4, exploraremos el lado humano de la adopción de IA:
cómo preparar a tu equipo para la integración con IA, superar resistencias y fomentar una cultura de colaboración segura y eficaz entre humanos y máquinas.
Lee las partes previas:
De asistente a colaborador: cómo la IA está cambiando el arte de programar - Parte 2